A medida que pasan los días, tratamos de sobrevivir para hacer valer todo el esfuerzo del pasado, todas las acciones y medidas necesarias llevadas a cabo. Aunque ahora, lo realmente importante es reunirnos enteros en familia, darnos ese abrazo pediente desde aquel día en que nos separamos.
Sí, han pasado los meses desde que todo este mal comenzó, muchas personas ya perdieron la batalla, otros más lidiando con el tiempo, dinero y recuperación de todo lo perdido; y los que nos quedamos enteros tenemos la esperanza de todo cambie para bien, sobrevivir un día más y otro.
Porque la distancia ha hecho tanto daño a aquellos que dejamos tristes y desolados y a nosotros mismos. A quienes quedaron abandonados porque cada uno se ha buscado la vida y que pasó; desde el momento de salida en nuestros hogares, muchos no hemos podido volver todavia por estas circunstancias de la pandemia u de otra. La verdad es que cuesta demasiado, apenas podemos hablar en casa para saludar y conformarnos con escuchar las voces de las personas que amamos.
A veces me duermo con ese sabor amargo y nudo en la garganta por recordar lo que hemos pasado, por lo que deberiamos estar pasando y no podemos por esa incertidumbre de cometer un error.
Cuánto daría porque todo esto acabe ya, para ir corriendo a corregir mis errores, de quedarme un poco más, porque todo a lo que me había preparado era tan valioso, pero el tiempo no se detiene y ahora lo realmente importante; es volver a abrazar a quienes dejé en el sufrimiento.
Nada está bien si no es cerca de las personas que amamos.
Ismael Martínez